Roger Federer superó a John Isner por 7-6 (7) y 6-3 en la final de Indian Wells, de forma que suma su cuarta corona en el desierto californiano e iguala con Rafa Nadal en número de títulos obtenidos en campeonatos Masters 1.000, con 19
Roger Federer ya no es el número uno, pero hay torneos en que juega como tal. El Masters 1000 de Indian Wells ha sido uno de ellos. El suizo, de 30 años y actual nº 3 del ranking ATP, culminó su excepcional paso por el torneo californiano con la victoria en la final ante el gigantescoJohn Isner (2,06 m.), que hoy se convertirá en el único top-10 estadounidense.
Federer, más sólido en el fondo de la pista e igualmente intocable con su servicio, se ha impuesto en dos mangas, 7-6 (7) y 6-3, para sumar su 73º título en el circuito, el cuarto en Indian Wells (récord del torneo) y el tercero consecutivo este año, después de sus victorias en Rotterdam y Dubai. Aunque, a la vista de la irrupción deDjokovic en 2011 y de la incapacidad del suizo para dominar sus duelos directos con Nadal pueda parecer que sus mejores días han pasado, lo cierto es que ahora mismo es el tenista más en forma del circuito.
A Federer le costó más dominar a Isner en la primera manga, un toma y daca de aces y puntos de saque en el que se manejó bien el americano, aunque acabó cayendo en el tie-break tras 54 minutos de lucha. Ceder el primer acto pesó en Isner, que en el segundo set entregó más puntos en los intercambios y acabó cometiendo el pecado máximo en su juego, ceder un servicio, el único en todo el partido. Sucedió en el séptimo juego, y a partir de ahí ya no tuvo respuestas ante la clase del maestro suizo, que ventiló la manga en 27 minutos, exactamente la mitad que la primera.
"Sólo puedo felicitarle"
La víspera, Nadal había caído en semifinales ante Federer (6-3 y 6-4) sin remisión. "Él jugó fantástico. Sólo puedo felicitarle", reconoció el balear, que siempre fue a remolque, y a pesar de su lucha y capacidad de resistencia se vio superado por la variedad del juego del suizo y por las condiciones climatológicas, un viento al que no se adaptó.
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